**Información proporcionada por la Oficina de Prensa y Cultura (PAS) de la Embajada de Estados Unidos en Ecuador**
Washington -- Las comunidades de todo el mundo, ricas y pobres, deben tomar medidas para abordar el "ciclo vicioso" del consumo de drogas y el narcotráfico antes de que esos problemas queden fuera de control, según indica una evaluación internacional de la actividad de drogas publicada por un grupo que tiene su sede en Viena.
"Es crucial que las necesidades de las comunidades que sufren desintegración social se atiendan urgentemente antes de que alcancen el punto, más allá del cual las medidas efectivas lleguen a ser imposibles", dijo Hamid Ghodse, presidente de la Junta Internacional de Control de Narcóticos (JICN), al publicarse el informe anual del grupo el 28 de febrero.
La JICN es un organismo independiente que vigila la aplicación de las convenciones internacionales de las Naciones Unidas sobre control de drogas. La junta vigila la distribución y disponibilidad de drogas legales para uso médico y científico. También vigila la producción y tráfico de drogas ilegales y los sistemas nacionales e internacionales para controlarlos. La JICN es responsable de vigilar la adherencia internacional a las convenciones de la ONU y de ayudar a las naciones a cumplirlas.
El resumen de prensa del informe indica que la actividad desenfrenada respecto a las drogas puede amenazar la cohesión social con una variedad de consecuencias económicas, políticas y culturales adversas. El grupo subraya especialmente cómo la comunidad de jóvenes sufrirá si estas fuerzas no se controlan.
Washington -- Las comunidades de todo el mundo, ricas y pobres, deben tomar medidas para abordar el "ciclo vicioso" del consumo de drogas y el narcotráfico antes de que esos problemas queden fuera de control, según indica una evaluación internacional de la actividad de drogas publicada por un grupo que tiene su sede en Viena.
"Es crucial que las necesidades de las comunidades que sufren desintegración social se atiendan urgentemente antes de que alcancen el punto, más allá del cual las medidas efectivas lleguen a ser imposibles", dijo Hamid Ghodse, presidente de la Junta Internacional de Control de Narcóticos (JICN), al publicarse el informe anual del grupo el 28 de febrero.
La JICN es un organismo independiente que vigila la aplicación de las convenciones internacionales de las Naciones Unidas sobre control de drogas. La junta vigila la distribución y disponibilidad de drogas legales para uso médico y científico. También vigila la producción y tráfico de drogas ilegales y los sistemas nacionales e internacionales para controlarlos. La JICN es responsable de vigilar la adherencia internacional a las convenciones de la ONU y de ayudar a las naciones a cumplirlas.
El resumen de prensa del informe indica que la actividad desenfrenada respecto a las drogas puede amenazar la cohesión social con una variedad de consecuencias económicas, políticas y culturales adversas. El grupo subraya especialmente cómo la comunidad de jóvenes sufrirá si estas fuerzas no se controlan.
"Los jóvenes de estas comunidades debe tener oportunidades similares a
las de otros en el resto de la sociedad", dijo Ghodse, "y tienen el
derecho de que se los proteja del consumo de drogas y la dependencia de
las drogas ilícitas".
La JICN recomienda que las comunidades tomen varias medidas, como prevenir el consumo de drogas ilícitas, proporcionar servicios de tratamiento y rehabilitación; aumentar oportunidades para la juventud en comunidades en peligro; y promover modelos positivos a imitar contra la percepción de riquezas entre los criminales de la droga.
El consumo cada vez mayor de las a veces llamadas drogas de "violación en una salida romántica" es una tendencia inquietante, indica el grupo. Estas son sustancias psicoactivas, incoloras e inodoras, que los abusadores sexuales administran secretamente a sus víctimas en bares o en los aeropuertos con la intención de embriagar y abusar de las víctimas en lo que la junta denomina delito facilitado por las drogas. La JICN informa que los jóvenes son forzados a la prostitución con el uso de estas sustancias ilícitas, e instan a los gobiernos a responder a las amenazas y "tomar medidas para asegurar que se obtengan pruebas forenses siempre se sospeche de un delito facilitado por las drogas".
La JICN pide también a los gobiernos que tomen medidas contra las farmacias ilegales de Internet que utilizan las tecnologías del siglo XXI para vender drogas ilícitas y fármacos legales. Las farmacias ilegales han estado bajo vigilancia de la JICN durante años, pero ahora estos sitios utilizan medios sociales en sus campañas de mercadeo, creando otra amenaza más para jóvenes vulnerables. Los peligros de las farmacias ilegales son muchos, dicen la junta. Venden drogas sin prescripción médica, violan las normas de control de drogas; las drogas pueden no ser fabricadas apropiadamente, y podrían ser inútiles o tóxicas; y los pacientes no reciben supervisión adecuada cuando usan estas drogas. La JICN cita una conclusión de la Organización Mundial de la Salud de que más de la mitad de las drogas distribuidas por tales farmacias son falsificadas.
En 2008, la JICN publicó pautas para que los gobiernos previnieran la venta ilegal de productos farmacéuticos, pero el informe de 2012 dice que debe haber más progresos para aplicar las protecciones. El panel también recomienda cooperación internacional en los esfuerzos de identificar y clausurar estas operaciones.
El informe anual de la JICN fue publicado con una histórica nota a pie que marca el 100mo aniversario del primer tratado internacional de control de drogas, la Convención Internacional de la Haya sobre el Opio de 1912. La JICN dice que el tratado fue la primera expresión del principio internacional de responsabilidad compartida en el control de drogas para la salud y la seguridad de las personas de todas partes.
La JICN recomienda que las comunidades tomen varias medidas, como prevenir el consumo de drogas ilícitas, proporcionar servicios de tratamiento y rehabilitación; aumentar oportunidades para la juventud en comunidades en peligro; y promover modelos positivos a imitar contra la percepción de riquezas entre los criminales de la droga.
El consumo cada vez mayor de las a veces llamadas drogas de "violación en una salida romántica" es una tendencia inquietante, indica el grupo. Estas son sustancias psicoactivas, incoloras e inodoras, que los abusadores sexuales administran secretamente a sus víctimas en bares o en los aeropuertos con la intención de embriagar y abusar de las víctimas en lo que la junta denomina delito facilitado por las drogas. La JICN informa que los jóvenes son forzados a la prostitución con el uso de estas sustancias ilícitas, e instan a los gobiernos a responder a las amenazas y "tomar medidas para asegurar que se obtengan pruebas forenses siempre se sospeche de un delito facilitado por las drogas".
La JICN pide también a los gobiernos que tomen medidas contra las farmacias ilegales de Internet que utilizan las tecnologías del siglo XXI para vender drogas ilícitas y fármacos legales. Las farmacias ilegales han estado bajo vigilancia de la JICN durante años, pero ahora estos sitios utilizan medios sociales en sus campañas de mercadeo, creando otra amenaza más para jóvenes vulnerables. Los peligros de las farmacias ilegales son muchos, dicen la junta. Venden drogas sin prescripción médica, violan las normas de control de drogas; las drogas pueden no ser fabricadas apropiadamente, y podrían ser inútiles o tóxicas; y los pacientes no reciben supervisión adecuada cuando usan estas drogas. La JICN cita una conclusión de la Organización Mundial de la Salud de que más de la mitad de las drogas distribuidas por tales farmacias son falsificadas.
En 2008, la JICN publicó pautas para que los gobiernos previnieran la venta ilegal de productos farmacéuticos, pero el informe de 2012 dice que debe haber más progresos para aplicar las protecciones. El panel también recomienda cooperación internacional en los esfuerzos de identificar y clausurar estas operaciones.
El informe anual de la JICN fue publicado con una histórica nota a pie que marca el 100mo aniversario del primer tratado internacional de control de drogas, la Convención Internacional de la Haya sobre el Opio de 1912. La JICN dice que el tratado fue la primera expresión del principio internacional de responsabilidad compartida en el control de drogas para la salud y la seguridad de las personas de todas partes.
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